domingo, 8 de junio de 2014


Obras épicas en el Medioevo
Las sociedades convivían con 2 lenguas: una lengua culta o de la cultura (el latín) que estaba reservada para la escritura. Quienes la sabían leer y escribir eran los “clérigos”, y por lo general eran ministros eclesiásticos.
La otra era la lengua vernácula (ya sea germánica o romance, en Europa central), que era una mezcla entre el latín vulgar (el latín hablado) con otras lenguas indoeuropeas (por ejemplo, el castellano tiene elementos latinos, celtas, árabes, vascos y germánicos). Esta lengua se reservaba únicamente para el habla.
La mayoría de las personas no sabían ni leer ni escribir. Entre los siglos X y XIII se empieza registrar por escrito las lenguas vernáculas. Eso era algo raro, porque no tenían forma escrita como la lengua culta, pues servían solo para comunicarse oralmente. Incluso las obras literarias que circulares eran una expresión oral difundida por el canto (líricas), la recitación pública (épica heroica, juglaría) o por representación actoral (teatro). De ahí que cuando las obras épicas se pongan por escrito, acaben conservando MARCAS DE ORALIDAD (restos, indicios de que tuvieron una fase oral).

Pensemos que las obras épicas era una literatura para ser oída. El escritor tenía en cuenta al público auditor. De ahí que no se “narre” una historia, sino que se la “actualice”, es decir, se la reviva a los ojos del público. Esto último quiere decir que el juglar (el recitador público de las obras) iba acompañando su recitado con gestos y mímica; a veces recurría al cambio de tono de voz de acuerdo con la voz de los personajes que representara. Cuando ese mester de juglaría se puso por escrito (por un clérigo), quedaron esas marcas, restos o resabios.
MARCAS DE ORALIDAD
*FRASE FÍSICA (una expresión que remarca una acción corporal) “Llorar de los ojos” – “Sonrió una gran sonrisa”
*VERSO (cada línea de escritura tiene una medida de sílabas y busca un ritmo –ya sea a través de la rima, ya sea a través de una cantidad de sílabas iguales o ya a través de la aliteración [repetición de un sonido]- para volverlo fácil de memorizar).
*APELACIONES DEL JUGLAR AL PÚBLICO AUDITOR (el juglar llamaba la atención sobre el público al que le recitaba: “Oigan…” o “Vean…”.
*INTERVENCIÓN VALORATIVA DEL JUGLAR SOBRE LO NARRADO (el juglar a veces opina sobre lo que está contando. Hace como un comentarista e interpola opiniones, valoraciones personales del tipo: “¡Qué bien estaba luchando…!”)
*DISCURSO REFERIDO DE ESTILO DIRECTO (cuando se reproduce la voz literal de un personaje).
*ANTICIPACIONES (el juglar se adelanta a lo que va contar. Avisa al público lector algo que va a ocurrir para mantener el interés o generar algún tipo de suspenso).
*HIPÉRBATON (alteración del orden sintáctico común de la oración, por ejemplo: “De sus ojos tan fuertemente llorando” en vez de decir “llorando tan fuertemente de sus ojos”. Eso se hacía para acomodar las palabras y poder seguir un ritmo en cada verso).
*PARALELISMOS (se repite la misma estructura sintáctica; el juglar lo hacía para ganar tiempo y para genera ritmo: “Ahí vienen los fieros soldados / allí marchan los bravos gautas”)
*EXCLAMACIONES (para captar la atención del público)
*ENUMERACIONES (lo hacía el juglar para ganar tiempo, describir escenas de manera vívida y señalar una escena).
*EPÍTETOS ÉPICOS (frases hechas que se usan para referirse a un héroe y no tener que repetir su nombre tantas veces: “El que en buena hora ha nacido” en vez de Mío Cid).
*DEÍCTICOS (uso de palabras o frases que señalan lugar o tiempo: “aquí”, “allí”, “ese día”, servía para que el público imaginara que lo que se estaba contando estaba ocurriendo en el mismo lugar en que estaban).
*ACTUALIZACIÓN ESCÉNICA (se teatraliza lo que ocurre, articulando corporal y espacialmente los hechos).

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