“El enamoramiento de
Pasifae”
Por Samanta Villasante
Puede parecer un poco loco que yo Pasifae, la esposa del rey de Creta, me
haya enamorado de un toro. No sé qué fue lo que me sedujo de él. Quizás fue su
amabilidad, su manera de mirarme, esa rudeza y valentía que poseía ese animal.
Para mí, era un toro distinto a los demás, sabía escucharme, acompañarme, me
hacía sentir única.
Por otro lado, estaba mi esposo, Minos. Él era muy egoísta, no estaba
siempre para mí, le importaban más otras cosas que yo. A su lado me sentía algo
sola, vacía, necesitaba alguien que supiera contenerme, amarme. Ahí apareció un
toro, mi toro, Con el pasar de los días, fui enamorándome de él. Lo que sentía
era raro, pero era lindo y él sentía lo mismo que yo. Entre nosotros había
tanto amor, tanta atracción, que tenía que haber algo de pasión. Decidimos
demostrar nuestro amor de una manera especial. A escondidas de mi esposo,
conseguí aparearme del toro y tuve un hijo al que llame Asterión. Muchos le
dicen el Minotauro, le tienen miedo o asco.
Minos se enfureció tanto al enterarse lo de Asterión que decidió mandar a
construir un laberinto y encerrarlo allí. Un joven valiente llamado Teseo
decidió matarlo y con ayuda de Ariadna logró derrotarlo y salir del laberinto.
Para muchos, Asterión era un salvaje ser monstruoso mitad toro, mitad
hombre. Pero, para mí, su madre, era mi amado hijo y lo asesinaron por ser
diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario